Cómo crear hábitos y mantenerlos en el tiempo

Mini guía para transformar tu rutina

5/21/20254 min read

La fuerza de los hábitos en nuestra vida

Los hábitos son esas pequeñas acciones que repetimos casi sin pensar, día tras día. A veces los subestimamos, pero tienen un poder enorme para moldear nuestra vida, nuestro bienestar y nuestra salud mental. Desde cepillarnos los dientes hasta meditar, comer saludablemente o hacer ejercicio, son los hábitos, los que determinan gran parte de cómo nos sentimos y funcionamos cada día.

La buena noticia es que no estamos condenados a seguir hábitos que no nos sirven, ni tampoco necesitamos un golpe de motivación sobrenatural para cambiar. Lo que necesitamos es estrategia, constancia y, sobre todo, paciencia. En esta entrada, te voy a compartir algunas recomendaciones para establecer hábitos que realmente perduren. No se trata de cambiar de vida de un día para otro, sino de construir, paso a paso, un estilo de vida más alineado con nuestros valores y objetivos.

1.Empieza con objetivos SMART

Una de las razones más comunes por las que abandonamos nuevos hábitos es que no siempre están bien definidos desde el inicio. Decir "quiero hacer más ejercicio" suena bien, pero es algo vago y difícil de medir. Aquí entra en juego la regla SMART, una herramienta sencilla pero muy efectiva para establecer objetivos que sí funcionan. ¿Pero que significa SMART?

SMART es un acrónimo que implica que nuestros objetivos sean:

  • S: Específicos (¿Qué exactamente quieres lograr?)

  • M: Medibles (¿Cómo sabrás que lo has logrado?)

  • A: Alcanzables (¿Es realista con tus recursos actuales?)

  • R: Relevantes (¿Está alineado con lo que realmente te importa?)

  • T: Temporal (¿Para cuándo quieres lograrlo?)

Por ejemplo, en lugar de decir "quiero comer más sano", podrías plantearlo así: “Durante el próximo mes, voy a preparar al menos tres comidas caseras a la semana con vegetales frescos”. Este objetivo es claro, medible y con una fecha límite. Mucho mejor, ¿verdad?

2. Define un plan de acción y abandona las excusas

Tener un objetivo claro es solo el primer paso. Lo siguiente, es trazar un plan concreto para llegar hasta ahí. ¿Qué días vas a poner en práctica tu nuevo hábito? ¿Qué necesitas preparar de antemano? ¿Qué obstáculos podrías encontrar y cómo los vas a manejar?

Las excusas suelen aparecer en los momentos menos esperados: "hoy estoy muy cansado", "mejor empiezo el lunes", "no tengo tiempo". Todos hemos estado ahí. Pero si ya tienes un plan y decides de antemano cómo responder a esas excusas, será más fácil mantenerte firme. Por ejemplo, puedes dejar la ropa de entrenamiento lista la noche anterior o cocinar los domingos para toda la semana.

3. Programa recordatorios y revisa tus avances

Al inicio, los hábitos no son automáticos. Por eso, ayudarnos con recordatorios visuales o digitales puede marcar una gran diferencia. Usa alarmas en el móvil, notas adhesivas en el espejo o apps de seguimiento de hábitos que te den un pequeño empujón cada día.

Además, revisar tu progreso es fundamental. Puedes llevar un registro simple en una libreta o una hoja de cálculo. Ver el avance —aunque sea pequeño— es una excelente fuente de motivación. Si algún día fallas, no te castigues. En lugar de eso, reflexiona sobre qué pasó y cómo puedes adaptarte. Recuerda: el progreso no es lineal.

4. Celebra tus logros (por pequeños que sean)

No subestimes el poder del refuerzo positivo. Celebrar tus avances, incluso los más modestos, es una forma de decirle a tu cerebro: “esto vale la pena, sigamos por acá”. No necesitas hacer grandes fiestas; puede ser algo tan simple como decirte "bien hecho", darte un pequeño capricho, o compartir tu logro con alguien cercano.

Estas pequeñas recompensas ayudan a fortalecer el circuito del hábito en tu mente. Asociar una acción con una emoción positiva aumenta la probabilidad de repetirla.

5. Sé realista con el número de hábitos que quieres cambiar

Es fácil entusiasmarse y querer cambiar todo de una sola vez: empezar a correr, comer mejor, dormir más, leer todos los días… Pero la verdad es que cuantos más hábitos intentes modificar a la vez, más probable es que termines abandonando todos.

Empieza con uno o dos hábitos como máximo. Una vez que esos estén consolidados, puedes agregar nuevos. La clave está en construir una base sólida antes de seguir sumando.

6. Rodéate de apoyo y elimina tentaciones

Tu entorno tiene un gran impacto en tus hábitos. Si quieres leer más, deja un libro visible en tu mesita de noche en vez de dormir con el móvil. Si buscas comer más saludable, llena tu nevera de opciones nutritivas y limita la compra de productos que no te ayudan.

También es muy útil compartir tus objetivos con alguien de confianza. Contar con una red de apoyo —ya sea amigos, familia o incluso una comunidad online— puede marcar la diferencia cuando la motivación flaquea. A veces, solo saber que alguien más cree en ti ya es suficiente para seguir adelante.

En definitiva, como puedes ver, la constancia vale más que la perfección. Crear nuevos hábitos no es cuestión de fuerza de voluntad infinita ni de una transformación radical. Es un proceso gradual, donde lo más importante es la constancia, no la perfección. Habrá días más fáciles y otros más difíciles, pero lo importante, es seguir adelante, aprender del camino y tener presente que cada pequeño paso cuenta.

Los hábitos son la base sobre la que construimos nuestra rutina diaria, y esa rutina es, en gran parte, lo que define nuestra vida. Así que no subestimes el poder de una acción sencilla repetida con intención.

Empieza hoy, empieza pequeño, pero empieza. Tu yo del futuro te lo va a agradecer.