Cómo ser más asertivo: aprende a comunicarte sin miedo ni culpa

Descubre qué es la asertividad, cómo diferenciarla de otros estilos de comunicación y qué estrategias prácticas puedes aplicar para expresarte con confianza y respeto.

8/25/20254 min read

¿Cuántas veces has dicho “sí” cuando en realidad querías decir “no”? ¿O te has callado algo por miedo a molestar, para después sentir rabia o frustración contigo mismo? 
Eso, en pocas palabras, es falta de asertividad: la dificultad para expresar lo que piensas, sientes o necesitas de una forma clara y respetuosa.

La buena noticia es que la asertividad no es un rasgo fijo, sino una habilidad que se puede entrenar. En este post vamos a ver qué estilos de comunicación existen, qué significa realmente ser asertivo y qué estrategias prácticas puedes empezar a aplicar desde ya para ganar seguridad y mejorar tus relaciones.

Los estilos de comunicación: ¿cómo solemos expresarnos?

Antes de hablar de asertividad, conviene ponerla en contexto. Normalmente, nos movemos entre tres estilos básicos de comunicación:

  1. Pasivo:

    • Evitas expresar tus necesidades o deseos.

    • Dices que sí aunque quieras decir que no.

    • Tu prioridad es no generar conflicto, aunque eso te cueste a ti.
      👉 Resultado: acumulas frustración, resentimiento o baja autoestima.

  2. Agresivo:

    • Te expresas de forma dominante, imponiendo tu opinión.

    • Sueles interrumpir o hablar por encima de otros.

    • Buscas tener la razón sin escuchar demasiado.
      👉 Resultado: dañas las relaciones y generas rechazo o miedo en los demás.

  3. Asertivo:

    • Expresas lo que piensas y sientes con claridad, sin herir ni anular al otro.

    • Defiendes tus derechos respetando los de los demás.

    • Usas un lenguaje claro, directo y calmado.
      👉 Resultado: relaciones más sanas, autoestima fortalecida y comunicación más eficaz.

La clave está en encontrar ese equilibrio: ni quedarnos en silencio ni arrollar a los demás, sino expresarnos con respeto y seguridad.

¿Qué significa ser asertivo?

La asertividad es la capacidad de comunicar lo que pensamos, sentimos o necesitamos de forma honesta y respetuosa. No es solo “decir las cosas”, sino decirlas bien, en el momento adecuado y de manera que también tengamos en cuenta a la otra persona.

👉 Ser asertivo no significa:

  • Estar siempre de acuerdo.

  • Ser complaciente.

  • Hablar sin filtros y sin pensar en el impacto que tienen nuestras palabras.

👉 Ser asertivo sí significa:

  • Poder decir “no” sin sentir culpa.

  • Pedir lo que necesitas sin miedo.

  • Poner límites claros y firmes.

  • Escuchar y respetar al otro sin dejarte de lado a ti mismo.

¿Cómo mejorar tu asertividad?

Aquí viene lo práctico: ¿cómo se entrena la asertividad en el día a día? Te comparto algunas claves que puedes empezar a poner en marcha desde ya:

1. Aprende a decir “no”

Decir que no no te convierte en egoísta, te convierte en alguien que respeta su tiempo y sus límites.
Puedes usar frases como:

  • “Lo siento, no me viene bien en este momento.”

  • “Gracias por pensarlo, pero no puedo.”

2. Usa mensajes en primera persona

En vez de señalar al otro (“Tú siempre haces…”), expresa lo que sientes desde tu experiencia. Esto ayuda a reducir la defensiva del otro y a que tu mensaje llegue más claro.

  • “Me siento incómodo cuando…”

  • “Necesito que…”


3. Practica el lenguaje corporal asertivo

No basta con las palabras: tu cuerpo también comunica. El 70% de la comunicación es no verbal, así que cuida la coherencia entre lo que dices y cómo lo dices. Es importante mantener el contacto visual (sin intimidar), usar un tono de voz firme pero calmado y evitar cruzar los brazos o encogerte.

4. Regula tus emociones

La asertividad se pierde cuando nos domina la ira o el miedo. Algunas técnicas que ayudan:

  • Respirar profundo antes de responder.

  • Tomarte un par de segundos de silencio.

  • Posponer la conversación si estás demasiado activado emocionalmente.

5. Empieza con lo pequeño

No tienes que lanzarte de golpe a conversaciones difíciles. Practica con situaciones cotidianas:

  • Pedir un cambio de producto en una tienda.

  • Expresar tu preferencia en un plan con amigos.

  • Decidir qué película ver sin ceder siempre.

6. Usa la técnica del “disco rayado”

Cuando alguien insiste demasiado, repite tu mensaje de manera calmada y firme, sin entrar en discusiones. Ejemplo:

  • “Lo entiendo, pero no puedo ayudarte ahora.”

  • “Comprendo lo que dices, pero mi decisión es esta.”

7. Refuerza lo positivo

Ser asertivo no solo es poner límites, también es saber reconocer y agradecer. Esto equilibra la comunicación y fortalece vínculos.

  • “Gracias por escucharme.”

  • “Aprecio que me hayas tenido en cuenta.”

8. Identifica y respeta tus derechos asertivos

A veces nos cuesta ser asertivos porque no recordamos que tenemos derecho a decir “no” sin sentir culpa; cambiar de opinión; cometer errores; y no dar explicaciones si no lo deseamos. Escríbelos y tenlos presentes: te ayudará a recordarlos en los momentos difíciles.

9. Practica la técnica del “sándwich”

Muy útil para dar feedback sin sonar excesivamente duro:

  1. Empieza con algo positivo.

  2. Expresa tu crítica o necesidad concreta.

  3. Cierra con otra frase positiva.
    Ejemplo: “Me encanta trabajar contigo, pero necesito que respetes mis tiempos de descanso. Sé que podemos coordinarnos mejor.”

10. Entrena la escucha activa

Ser asertivo no es solo hablar, también es saber escuchar. Presta atención, valida lo que el otro dice y luego expresa tu punto de vista. Así la comunicación será bidireccional y más sana.

En definitiva, ser más asertivo no es cuestión de personalidad, es una habilidad que todos podemos aprender. La diferencia entre callarte, explotar o comunicarte de manera clara y respetuosa está en entrenar poco a poco.

Cuando empiezas a practicar la asertividad, notas que:

  • Tus relaciones son más equilibradas.

  • Tu autoestima crece.

  • Y, sobre todo, sientes que tienes el derecho (y el poder) de ser tú mismo sin miedo ni culpa.

Así que, la próxima vez que dudes entre callarte o explotar, recuerda: hay un punto intermedio que te permite hablar con calma, claridad y respeto. Ese punto se llama asertividad.